La sábila, también llamada aloe vera, aloe de Barbados o acíbar es una especie suculenta que pertenece a la familia Asphodelaceae. La distribución de esta planta se da en roquedos costeros y arenales, nitrificados y alterados a partir del nivel del mar hasta llegar a 200 msnm. Su origen probablemente se remonta a Arabia, es naturalizada en zonas templadas y subtropicales de ambos hemisferios, se incluye también el Mediterráneo.
Estas plantas tienen polinización ornitofilia y cruzada en su hábitat natural. Son muy propensas a sufrir hibridación, razón por la cual las flores son eliminadas en cultivos que tienen fines comerciales.
Características de la Sábila
Cultivo
El aloe vera se origina en zonas desérticas y calurosas por lo que su cultivo necesita que las temperaturas mínimas no bajen de 0 grados Celsius. Heladas débiles o intensas constantes pueden causar daños a la sábila, porque no tolera el frío ni la humedad cuando está en la planta o en el suelo. Puede colocarse en semisombra o en pleno sol.
Cultivar estas plantas a manera de planta ornamental o en maceta ha sido un uso bastante extendido en los últimos años. Las macetas de terracota son las favoritas ante otros materiales porque son porosas y esto impide el exceso de humedad.
Un sustrato poroso usado en suculentas y cactus es el recomendado, dejándolo secar por completo antes de reutilizarse para regar. Cuando la sábila se llena de los hijuelos que emergen rodeando a la planta madre, se deben separar para permitir un crecimiento mayor de la planta principal y ayudar a evitar infecciones de plagas como cochinillas, ácaros y especies de áfidos.
En la temporada de invierno, esta especie suele vivir un estado de latencia, por esto no es correcto regarla y menos si se encuentra en zonas del exterior. En lugares muy fríos la sábila debe mantenerse en invernaderos con calefacción o dentro de las viviendas.
Esta especie es muy cultivada en República Dominicana, Bangladés, Australia, Cuba, México, China, Jamaica, India, Venezuela, Colombia, Perú, Kenia, Sudáfrica, Tanzania, y en los Estados Unidos para el abastecimiento de la industria de cosméticos. Un cultivo bastante común se da en España, principalmente en Córdoba, lugar de la zona productora y en Canarias existe un cultivo completamente salvaje
Usos y Beneficios
La sábila es cultivada para usos medicinales, como planta ornamental o decorativa, para alimentación y cosmética. En la actualidad existen más de 250 variedades del aloe, de estas solo 4 poseen características medicinales o curativas.
Una de las aplicaciones medicinales más antiguas de las que se tiene registro está en una tablilla de arcilla sumeria que data del siglo XXI antes de Cristo. Pero existen también informes de dibujos de esta planta realizados en las paredes de templos de Egipto a partir del milenio IV antes de Cristo. La sábila también aparece citada en la Biblia, específicamente en Juan 19:39 como aloe.
La sábila es muy utilizada en aplicaciones de cosmética. Casi todos los fabricantes hacen extracción y purificación de los extractos, dejando de lado el látex de la planta llamado aloína. En la actualidad su uso directo a través de procedimientos domésticos rudimentarios está muy extendido, generando reacciones alérgicas como la urticaria e irritaciones como la eczema y dermatitis a causa de que no se limpia el gel de aloe de manera correcta.
La Sábila en la medicina y en la cosmética
- Acíbar: Este es el zumo que se obtiene por la incisión de sus hojas. Físicamente es un sólido cristalino, muy amargo y de tonalidad marrón. Se ubica en las células pericíclicas ubicadas alrededor de los haces conductores, justo por la parte de debajo de la epidermis, en medio del mucilaginoso y el parénquima clorofílico. Generalmente se consigue al permitir el fluido del líquido que sale de los cortes transversales de las hojas en un recipiente. Su olor es fuerte y característico.
- Gel: parte mucilaginosa perteneciente al mesófilo o parénquima tisular que se localiza en la parte central de las hojas. El gel amargo y brillante se extrae de esta pulpa. La piel debe eliminarse para impedir la oxidación que le proporcionaría una tonalidad oscura. Para guardarlo en condiciones adecuadas, el material debe estabilizarse desde que se obtiene y conservarse para evitar la contaminación fúngica y bacteriana.