Una ciudad sustentable, también llamada ciudad sostenible y en ocasiones ciudad autosustentable, se define como un modelo de centro urbano en el cual se utilizan de forma racional los recursos tecnológicos y naturales que la población necesita.
Estas ciudades otorgan un ambiente de adecuada habitabilidad sin que se comprometa la estabilidad de generaciones futuras de pobladores. De manera general, son ciudades que pueden mantener en equilibrio sus necesidades económicas, sociales y ambientales.
La idea de este tipo de ciudades se origina por la doctrina del desarrollo sostenible, la cual aspira a ejecutar una metodología de desarrollo en las sociedades humanas que no destruyan ni contaminen el planeta. De esta forma se impide que el mismo se convierta en un lugar inhabitable para futuras generaciones a cambio de obtener riquezas inmediatas.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que el ideal de una ciudad sostenible no existe, tampoco un único modelo al cual las urbes deban ceñirse. Todo lo contrario, las ciudades sustentables son las que pueden realizar su propia vida y modelo hacia el desarrollo y la autorregulación sostenible; teniendo presentes los propios factores condicionantes y en ocasiones únicos como su historia, su biografía y su población.
Características de las Ciudades Sustentables
Tránsito ecológico
Los ciudadanos se desplazan por la ciudad de una manera fácil y asequible, se minimiza la quema de combustibles contaminantes y el gasto eléctrico.
Para que esto sea posible se debe invertir en materiales nuevos y buscar modelos urbanos que faciliten el uso de la bicicleta, minimizando los autos propios y mecanismos masivos eficaces como trenes, autobuses y metro.
Las 3 R
Para que una ciudad sea sustentable debe educar a su gente en evitar despilfarrar la energía y en reducir los materiales que contaminan, con la finalidad de reutilizar materiales que no deban ser comprados de nuevo y reciclar materiales desechables que no se mezclan con la basura biodegradable y líquida. Para esto se requiere crear una ciudadanía global.
Utilizar racionalmente los recursos
En esto se incluyen disponer de aguas servidas, los combustibles, la expansión constante de la urbe, la tala indiscriminada, el embaulamiento de ríos, entre otros. Las ciudades no pueden tener un crecimiento indetenible si no preservan los espacios verdes y mantienen algún balance con las zonas rurales.
Igualdad de derechos
La población de una ciudad sostenible tiene igualdad de derechos al acceder a la educación, a la salud, a disfrutar de un ambiente saludable que no ponga en peligro su salud y a convivir dignamente sin violencia, miseria ni abarrotamientos.
Sus pautas para conseguir la sustentabilidad
Urbanización de manera compacta
No es posible que las ciudades crezcan para la eternidad y existe la posibilidad de que algunas hayan crecido demasiado. El modelo global de las ciudades debe apuntar siempre a lo compacto, esto significa, a la densidad. De manera tal que las ciudades no necesiten tener demasiada inversión en transportes.
Preservación de lo público
Los parques, las plazas y las zonas de intercambio y paseos son de vital importancia en la ciudad global con la finalidad de evitar agobiar los infiernos de hormigón. No únicamente porque los pulmones vegetales elevan la calidad del aire, sino también porque fomentan actividades deportivas y el encuentro entre los vecinos.
Preservar la calidad del aire
Las aperturas para el flujo del aire y los pulmones vegetales son importantes en una vida urbana sostenible. De esta forma se evita que el esmog se concentre, pudiendo generar consecuencias dañinas a la salud.
Recuperación del centro
Las ciudades futuras deben recuperar la identidad y mantener su centro con vida, preservando su forma histórica con la finalidad de que los ciudadanos tengan una propia dinámica cultural, forjando su identidad y evitando ser anónimos en las urbes grandes.
Energía limpia
Otra característica para obtener la sustentabilidad consiste en encontrar una forma de obtener energía que no sea tan contaminante como los combustibles fósiles. Existen grandes inversiones en energía hidroeléctrica, eólica, geotérmica y solar; cada una de estas tiene sus necesidades y bemoles.
Integración de la naturaleza
Las ciudades no deben ser contrarias a la naturaleza sino integrarse a la misma. Para urbanizar no se debe destruir la naturaleza sino convivir con esta al respetar las zonas verdes cercanas como: costas, bosques, áreas salvajes, entre otras.
La disposición de los desechos
Uno de los problemas más grandes que tienen las ciudades son la gran cantidad de basura que producen. Esta problemática se agrava cuando los elementos no se separan de los biodegradables y reciclables.
Toda ciudad que tenga la iniciativa de ser eco amigable debe poner en práctica medidas que a veces serán impopulares para reducir los desechos, junto a otras medidas importantes de reutilización y saneamiento de las aguas servidas.